Verónica F.

¡Hola! Mi nombre es Daniela Pacheco, soy Mexicana, soy Ingeniera Ambiental y amo los gatitos. En mis tiempos libres amo ir al cine, jugar videojuegos, aprender idiomas y siempre me gusta ayudar a los demás. Soy una persona divertida, relajada, dedicada, responsable y protectora. Estudié Ingeniería Ambiental en la Universidad Politécnica del Estado de Guerrero, en México, además concluí un Diplomado en Educación Ambiental Internacional en el Instituto Mexicano de Fauna, Flora y Sustentabilidad Social A.C. Y como extra, tomo clases particulares del idioma Alemán.

Soy Luisiana, estudiante de Ingeniería Biomédica próxima a graduarme, con gran interés en la enseñanza de las matemáticas. Me apasiona compartir conocimiento y guiar a otros en su proceso de aprendizaje, fomentando la comprensión de conceptos de manera clara y práctica. Durante mi formación he desarrollado habilidades de comunicación, paciencia y creatividad para adaptar los temas a las necesidades de cada estudiante. Mi objetivo es motivar a los alumnos a ver las matemáticas no solo como una materia, sino como una herramienta útil para resolver problemas y desarrollar el pensamiento lógico. Actualmente estoy finalizando mi carrera de Ingeniería Biomédica, formación que me ha permitido desarrollar habilidades analíticas, de resolución de problemas y pensamiento crítico. Durante mis estudios adquirí una base sólida en matemáticas, física y tecnología, conocimientos que aplico tanto en proyectos profesionales como en la enseñanza. A lo largo de mi proceso académico también he acompañado a otros estudiantes en su aprendizaje, especialmente en matemáticas, buscando siempre explicar los conceptos de forma clara, práctica y motivadora. Esta combinación de conocimientos técnicos y experiencia docente refleja mi compromiso con la educación y el crecimiento continuo.

Tengo 25 años y soy de la provincia de Chimborazo, Ecuador. A lo largo de mis estudios y experiencias, he cultivado una gran capacidad de trabajar en grupo y de adaptarme a los desafíos. Soy una persona responsable, comprometida con mis objetivos, y estoy convencida de que la paciencia es clave para el éxito en cualquier actividad. Mis habilidades comunicativas me permiten tener la capacidad de resolver conflictos de forma constructiva. Mi pasión por la enseñanza surgio cuando me di cuenta en la universidad de que muchos de mis compañeros tenian varios vacios que acarreaban del colegio y eso no les permitia avanzar con facilidad en los temas, por lo que juntos intentabamos entender, tanto yo como a ellos y ellos a mi, de forma que eso me ayudo a tener confianza en mis propias habilidades. Actualmente, estoy a punto de graduarme como Ingeniero en Electrónica Telecomunicaciones y Redes de la Escuela Superior Politécnica de Chimborazo, un camino que inició con una sólida base académica desde mis primeros años. Mi educación primaria en la Escuela Francisco de Miranda y el bachillerato en el Colegio Isabel de Godín, donde me gradué como Bachiller en Ciencias Generales, sentaron las bases para mi afición por la tecnología, la ciencia y los números. Fue en la universidad donde esta pasión se consolidó. La complejidad de las telecomunicaciones y el rigor matemático de la carrera me permitieron descubrir mi verdadera vocación. Durante este tiempo, he aprovechado cada oportunidad para ampliar mis conocimientos, obteniendo certificaciones en áreas clave como la programación y redes de datos, que complementan mi formación académica. Además, he trabajado en mejorar mis habilidades lingüísticas, alcanzando un nivel medio de inglés y un nivel básico de italiano.

Nací en Alicante, donde me críe. Mi padre es holandés y mi madre mitad francesa mitad española. Los veranos los pasábamos entre Francia y Holanda. Me han hablado francés desde que era un bebé; es mi lengua materna. A mí y a mis hermanos (soy la mayor de cuatro). Soy muy curiosa y me encanta leer. Creo que es la manera ideal de viajar con poco dinero. Con la pandemia empecé a escribir una novela. Por fin la he publicado (marzo 2025). Me encanta jugar a juegos de mesa con mi familia y hacer manualidades con mi hija. Y cantar y bailar. También hablo catalán. Mis padres tenían un restaurante, y también trabajé en él (camarera, cocinera y contable en diferentes épocas) Me considero una persona inquieta, la eterna aprendiz. Durante años, mientras yo misma estudiaba, impartí clases particulares a alumnado de primaria, hasta que empecé a dar clases de francés, hace 9 años, y la franja de edad de mis alumnos cambió. Creo que es importante conectar con el alumnado. La tarea de un tutor es, en parte, crear ese ambiente de confianza que hace que entren con buena disposición a clase. Por ello, en la presentación trato de que me cuenten qué les gusta. A partir de ahí, trabajamos las cuatro competencias de manera integrada, haciendo especial hincapié en la fonética. Todos aprendemos a hablar antes que a escribir, y es lo que trato de aplicar. Cuando se asimila un sonido y se le asocia una grafía, todo es más fácil. Aunque el alumno o alumna especifique sus necesidades y haya preparado la clase con respecto a ese temario, siempre tengo varias opciones, atendiendo al humor que presente, para que ninguna lección sea en vano. Trato de fomentar su autonomía. para que se sientan más seguros con la materia. La mayoría de las veces sienten vergüenza debido a la inseguridad de sus conocimientos, y eso también lo trabajo en las clases. Me parece importante que sean conscientes de sus avances, porque es un refuerzo positivo. También trato de ser accesible. No me gusta que los alumnos se queden con las dudas. Si tratan de hacer un ejercicio sin saber, pueden crearse vicios que luego son más difíciles de erradicar. Por ello es fundamental que la comunicación sea fluida vía whatsapp o correo, y no esperar a la siguiente lección. Me impartieron técnicas de estudio cuando me formaba, por lo que también las conozco. Estudié veterinaria hasta quinto curso en Córdoba. Luego tuve que volver a Alicante por motivos personales y empecé psicología por la UNED. De vuelta a Córdoba, fui voluntaria de una ONG donde conocí a mi marido, malagueño. Y acabamos en Sevilla por motivos laborales.